Aprendiendo a vivir


Un árbol no puede elegir en que tierra nace, pero si puede adaptarse a ella para crecer con fortaleza.

No puede elegir cuan violenta será la tormenta, pero si regocijarse con la bendición de la lluvia que traerá sobre él.

No puede impedir que los fuertes vientos arremetan contra sus ramas, pero si puede aferrarse al suelo con sus inquebrantables raíces.

La fuerza, la sabiduría y la plenitud, se alcanzan, viendo las adversidades, no como un obstáculo insalvable, sino con una prueba de nuestra determinación y valía, para seguir recorriendo el camino de la vida.


 

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