Lluvia



Lluvia que caes sobre mi sin darte cuenta de que atraviesas mi piel e inundas mi alma.

Por mucho que me esfuerzo en retenerte entre mis manos, me abandonas sin ser consciente de la humedad vacía que dejas en ellas.

Tu frialdad, tan gélida como hermosa, no logra hacer que deje de seguir deseando volver a sentirte en mi piel.

En demasía, mi voluntad queda a tu merced, pero cuando desapareces todo muere, sin dejar recuerdo alguno.

Eres la culpable de mi melancolía, de mi alegría contenida, de mi corazón gritando libertad y de mis días de esperanza.

Llena mi interior, hasta que me ahogue en tu promesa del renacer a una vida plena.   


 

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